Aquí encontrarán los poemas más populares para niños,además de artículos sobre la enseñanza de la poesía para estudiantes de Básica.
viernes, 19 de diciembre de 2014
LA POESÍA Y LOS NIÑOS
Leer poesía puede requerir cierta madurezlectora para entender bien el lenguaje poético, pero aún así, la poesía, cuando se absorbe desde pequeños, favorece lacomprensión y la expresividad del niño, y los incita a realizar sus propias creaciones: jugar con el lenguaje, crear sus propias rimas, emplear la imaginación a través del empleo de un lenguaje figurado, expresarsentimientos como alegría, tristeza, amor, etc. La poesía, como obra literaria, contribuye a que los niños tengan una educación estética, una sensibilidad para entender e interpretar el mundo, además de mejorar notablemente su vocabulario, su expresión y su ortografía.Entre los enormes beneficios que puede obtener un niño al leer y memorizar poesía, está la capacidad de recordar para siempre lo leído. Aunque, en un principio, el niño pueda no comprenderla, meditarla o interpretarla correctamente, llegará el momento en que reconocerá aquel vocabulario empleado en "la canción del pirata" o entenderá lo que significa una metáfora como: "los dientes de la amada son perlas".
Son muy numerosos los poemas dirigidos al público infantil, éstos suelen emplear frases fáciles, rimas consonantes, imágenes muy visuales, musicalidad y ritmo bien definidos. Leer y releer poesía siempre aportará algo nuevo a nuestro hijo, ya que el estado de ánimo o la compañía puede cambiar nuestras sensaciones. Todo, en la poesía tiene sentido y significado: Silencios, ritmos, rimas, temas..., y todo está al servicio de estimular la imaginación, la memoria, la capacidad interpretativa, la estética y la creatividad de nuestros hijos.
Patro Gabaldón. Redactora de GuiaInfantil.com
Cómo leer y acercar la poesía a los niños
Los beneficios de la poesía y del poema para los niños Los beneficios de la poesía son innumerables Cuándo leer poesías a los niños
La poesía es la música y el baile de las palabras. A través de la poesía los niños pueden transmitir sentimientos y emociones, y hacer ‘volar’ su imaginación y fantasía. Antonio Machado decía que ‘cantar y contar son las dos funciones de la poesía’.
La poesía es un lenguaje universal entre los niños, los hace crecer por dentro y es una fuente inagotable que beneficia su sensibilidad y creatividad, y les ayuda a comprender situaciones, pasiones y emociones. La poesía, con su ritmo y melodía, lleva a los niños de la mano hasta la esencia de las palabras.
Las canciones de dormir o nanas son palabras cantadas, son poesías. Cuando los padres cantan nanas al bebé, le será más fácil conciliar el sueño por la entonación y la sensación agradable de las palabras cantadas. Son recuerdos que los niños llevarán por mucho y mucho tiempo. Las poesías cantadas acarician los oídos de los bebés y niños, les calman. Es el arrullo de la palabra y de la música en la poesía.
Los niños son muy receptivos a la poesía. Para ellos, la poesía es una magia de palabras, es jugar con los versos. Se debe empezar a leer poesías a los niños al mismo tiempo en que se empieza a contarles cuentos infantiles o a cantarles canciones. Es recomendable buscar un momento tranquilo, una hora en que no puedan hacer otra cosa al mismo tiempo. La poesía se lee en silencio.
A partir de los cuatro o cinco años de edad, se puede invitar a los niños a dibujar lo que les sugiera una poesía o poema, a dramatizarlo y a empezar a crear sus propias poesías. Enseñar a los hijos a amar la poesía, es invitarles a jugar con las palabras y la música que nace de ellas, es descubrir con ellos un manantial de palabras vivas, que serán una gran parte de su educación.
El valor de algunos poemas reside en el efecto auditivo que producen en los niños, en la complacencia sonora que experimenten al repetirlas, sin prestar atención al significado de las palabras. Sólo les interesan éstas por su fuerza musical. En muchas de estas poesías no hay sino repetición de sonidos onomatopéyicos, monótonos a veces.
A este tipo de poesía pertenecen los trabalenguas y muchos acertijos, en cuya repetición encuentra el niño placer. Son sonidos ajustados a cierta medida y a cierta consonancia, con placer y encanto musical que ayudan al cultivo del sentido del ritmo y de la rima.
Estas poesías se aprenden en combinación con acciones y movimientos. Sirven para dar sentido a los ejercicios de desarrollo físico –marcha, bailes, movimientos de brazos, de cabeza, etc. Tienen, naturalmente, poco valor lingüístico, pero contribuyen a la formación integral del niño, proporcionándole placer, dándole gracia a sus movimientos y matices a la voz.
El estudio de poemas no sólo familiariza al alumno con las creaciones más bellas de la lengua, sino que refina su gusto y desarrolla su personalidad en su lenguaje. Señala vías para el gozo de la creación poética y expresa el valor emocional de las palabras. Le presenta toda la magia de la lengua y lo invita a la creación.
¿CÓMO ENSEÑAR POESÍA?
1. Debe haber un ambiente propicio al gozo estético. 2. el maestro debe recitar o leer el poema en voz alta y sus valores surgirán en la emoción con que se diga. 3. la poesía debe presentarse como un todo. Un poema es una obra de arte y por lo tanto debe dar una primera impresión de conjunto. 4. Si hay análisis, a este debe procederse por unidades de pensamiento, que no siempre las constituyen las estrofas. 5. No exija reacciones inmediatas por parte de los niños. 6. El aprendizaje es más natural por vía auditiva. La lectura del poema por el niño debe ser posterior a la presentación del poema. 7. No se obligue a memorizar a los niños si no están naturalmente inclinados a hacerlo. El desgano por la poesía de muchos niños y mayores se debe a la imposición del aprendizaje de memoria de obras que no le interesan. 8. No es necesario que todos los niños aprendan los mismos poemas, ni que todos aprendan poemas enteros. A veces sólo les gusta una estrofa o parte de una estrofa. 9. Una vez aprendido un poema debe usarse en ocasiones propicias: visitas a otros salones, fiestas de cumpleaños, celebraciones escolares, etc. 10. Los poemas para niños deben ser, generalmente cortos.
Leer y escribir poemas ayuda a los niños a ser creativos y a expresar sus sentimientos de manera breve. ¿Cómo pueden los niños aprender a escribir poesía?
Consejos para escribir poesía:
1. Familiarizarse con la poesía
Para escribir poesía es muy importante valorar el estilo de los mejores poetas. Leer poemas famosos ayudará a los niños a inspirarse, a conocer diferentes temas de los cuales podrá escribir y a averiguar qué estructura tiene un poema.
2. Escribirá versos y estrofas
Es importante conocer de qué manera puede dividir un texto. En el caso de los poemas, escribiremos versos en forma de renglones y también escribiremos estrofas, para las cuales agruparemos un número determinado de versos.
3. ¿Los versos deberían rimar?
El niño tomará la decisión personal de elegir si sonarán igual los sonidos del final de los versos. La rima no es obligatoria en un poema.
4. Rimar por rimar, no
Muchas personas buscan una palabra que termine con el mismo sonido de otra palabra, con el único objetivo de conseguir que su poema suene bien. Es un error, pues cada palabra que elegimos para un poema deberá estar presente por su significado y no por su sonido.
5. Inspirarse en las canciones
Es probable que el niño conozca muchas canciones de memoria y disfrute más de la música que de la poesía. Las canciones son poemas que se interpretan cantando en vez de leyendo, y pueden ayudarle a escribir poemas porque con ellas aprenderá a organizar sus pensamientos en un poema que suene bien.
6. Copiar el ritmo de un poema
El niño escogerá una poesía que le encante y escribirá sus propios versos, pero imitando el mismo ritmo y creando rimas en los mismos versos. Es una forma práctica y divertida de descubrir cómo puede escribir poesías.
Margarita está linda la mar,
y el viento,
lleva esencia sutil de azahar;
yo siento
en el alma una alondra cantar;
tu acento:
Margarita, te voy a contar
un cuento:
Esto era un rey que tenía
un palacio de diamantes,
una tienda hecha de día
y un rebaño de elefantes,
un kiosko de malaquita,
un gran manto de tisú,
y una gentil princesita,
tan bonita,
Margarita,
tan bonita, como tú.
Una tarde, la princesa
vio una estrella aparecer;
la princesa era traviesa
y la quiso ir a coger.
La quería para hacerla
decorar un prendedor,
con un verso y una perla
y una pluma y una flor.
Las princesas primorosas
se parecen mucho a ti:
cortan lirios, cortan rosas,
cortan astros. Son así.
Pues se fue la niña bella,
bajo el cielo y sobre el mar,
a cortar la blanca estrella
que la hacía suspirar.
Y siguió camino arriba,
por la luna y más allá;
más lo malo es que ella iba
sin permiso de papá.
Cuando estuvo ya de vuelta
de los parques del Señor,
se miraba toda envuelta
en un dulce resplandor.
Y el rey dijo: «¿Qué te has hecho?
te he buscado y no te hallé;
y ¿qué tienes en el pecho
que encendido se te ve?».
La princesa no mentía.
Y así, dijo la verdad:
«Fui a cortar la estrella mía
a la azul inmensidad».
Y el rey clama: «¿No te he dicho
que el azul no hay que cortar?.
¡Qué locura!, ¡Qué capricho!...
El Señor se va a enojar».
Y ella dice: «No hubo intento;
yo me fui no sé por qué.
Por las olas por el viento
fui a la estrella y la corté».
Y el papá dice enojado:
«Un castigo has de tener:
vuelve al cielo y lo robado
vas ahora a devolver».
La princesa se entristece
por su dulce flor de luz,
cuando entonces aparece
sonriendo el Buen Jesús.
Y así dice: «En mis campiñas
esa rosa le ofrecí;
son mis flores de las niñas
que al soñar piensan en mí».
Viste el rey pompas brillantes,
y luego hace desfilar
cuatrocientos elefantes
a la orilla de la mar.
La princesita está bella,
pues ya tiene el prendedor
en que lucen, con la estrella,
verso, perla, pluma y flor.
Margarita, está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar:
tu aliento.
(Rubén Darío)
Sonatina
La princesa está triste... ¿Qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color. La princesa está pálida en su silla de oro, está mudo el teclado de su clave sonoro, y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.
El jardín puebla el triunfo de los pavos reales. Parlanchina, la dueña dice cosas banales, y vestido de rojo piruetea el bufón.
La princesa no ríe, la princesa no siente; la princesa persigue por el cielo de Oriente la libélula vaga de una vaga ilusión.
¿Piensa, acaso, en el príncipe de Golconda o de China, o en el que ha detenido su carroza argentina para ver de sus ojos la dulzura de luz? ¿O en el rey de las islas de las rosas fragantes, o en el que es soberano de los claros diamantes, o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?
¡Ay!, la pobre princesa de la boca de rosa quiere ser golondrina, quiere ser mariposa, tener alas ligeras, bajo el cielo volar; ir al sol por la escala luminosa de un rayo, saluda r a los lirios con los versos de mayo o perderse en el viento sobre el trueno del mar.
Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata, ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata, ni los cisnes unánimes en el lago de azur. Y están tristes las flores por la flor de la corte, los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte, de Occidente las dalias y las rosas del Sur.
¡Pobrecita princesa de los ojos azules! Está presa en sus oros, está presa en sus tules, en la jaula de mármol del palacio real; el palacio soberbio que vigilan los guardas, que custodian cien negros con sus cien alabardas, un lebrel que no duerme y un dragón colosal.
¡Oh, quién fuera hipsipila que dejó la crisálida! (La princesa está triste. La princesa está pálida.) ¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil! ¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe, (La princesa está pálida. La princesa está triste.) más brillante que el alba, más hermoso que abril!
-«Calla, calla, princesa -dice el hada madrina-; en caballo, con alas, hacia acá se encamina, en el cinto la espada y en la mano el azor, el feliz caballero que te adora sin verte, y que llega de lejos, vencedor de la Muerte, a encenderte los labios con un beso de amor».